Conozca los secretos del técnico campeón de la Liga con Millonarios

Abuelo, la faceta que pocos conocen de Alberto Gamero. Tiene dos nietos, Benjamín y Martina, y con ellos muestra su lado más tierno.

Bastidas es el barrio de Santa Marta donde creció. En la calle 16 de ese sector jugaba bola de trapo con sus amigos. Le decían ‘Tito’.

Cadena se pone con las fotos de sus hijas, también un escapulario que le dio su padre Ricardo, y otros collares. Usa además manillas.

Diomedes Díaz es su cantante favorito. Tiene una colección de conciertos grabados, y así no suenen bien, los disfruta.

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Entrega y disciplina son las palabras que lo definen y se las ha transmitido a sus hijas, Adriana y Andrea, y a sus jugadores.

Fríjoles, carne asada y pescado son sus platos favoritos. Es bueno cocinando un plato llamado ‘Salpicón de pescado’.

Góngora es el apellido de su esposa, Adriana, con la que lleva más de 30 años de unión. Fue amor a primera vista.

Habilidad para manejar un grupo lleno de jóvenes como Óscar Cortés, Luis Paredes y Beckham Castro fue lo que lo llevó a la consagración.

Independiente Santa Fe, el equipo al que venció en la final de la Copa Colombia de 2014, cuando era técnico del Deportes Tolima.

Jader Valencia, el delantero salido de Millos que rindió con Gamero y se consagró campeón.

Kínder, el grupo de juveniles de Millos que apoyó el equipo profesional para ser campeones. Luis Paredes y Beckham Castro, son algunos.

Lucía (cosedora) y Ricardo (tapicero) son sus padres. Ellos lo apoyaron en el fútbol. Tiene dos hermanos y cuatro hermanas.

Millonarios, club donde jugó entre 1988 y 1991. Veinte años después, como director técnico, lo llevó a su estrella 16.

Nacional, equipo al que le ganó la final de la Liga de 2018, siendo D.T. del Tolima y ahora la Liga de 2023 con Millos.

Ñapa es lo que le acaba de dar Gamero a los hinchas azules, pues tras aportar como jugador al título de 1988, ayer le dio otro como técnico.

Olaya, el estadio ubicado en Tunjuelito, donde empezó a entrenar al Chicó, hoy conocido como Boyacá Chicó.

Pilo, así es el técnico campeón. Aparte de ser entrenador de fútbol, es tecnólogo en sistemas. En sus ratos libres llena crucigramas.

Querido por la hinchada azul, que gracias a Gamero volverá a ver a Millos jugar en la Copa Libertadores.

Rápida, así fue su salida del Junior, cuando fue su técnico en 2017. Solo dirigió 14 encuentros. Lo sacaron por malos resultados.

Selección de Magdalena, donde empezó su etapa como futbolista. Allí jugó con Carlos ‘El Pibe’ Valderrama.

Tunja, la ciudad donde dejó huella al dirigir al Boyacá Chicó. Lo hizo entre 2006 y 2013 y fue campeón de Liga en 2008, al vencer al América.

Unión Magdalena, donde debutó como jugador profesional en 1982. Estuvo en Millos, Envigado, Medellín y Unicosta, donde colgó los guayos en 1998.

Vanemerak (Mario) fue el técnico del que fue asistente en 2005, en Boyacá Chicó. Un año después se encargó del club en propiedad.

Wilmar Barrios, hoy figura de la Selección Colombia, maduró como futbolista cuando Gamero lo dirigió en el Tolima.

Xenofobia es algo que Gamero no admite, menos en su plantel. En Millos se encuentra el defensor costarricense Juan Pablo Vargas.

Yimmi Chará, uno de los jugadores que él dirigió en el Tolima y que le gustó guiar por su talento en la cancha.

Zapatos de cuero, esos los usa para dirigir en los partidos; los tenis para entrenar a Millos.

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