Wálter es uno de los más grandes exponentes de este deporte en Soacha.
Si para la mayoría de las personas las escaleras, los puentes, los andenes y todo tipo de estructura urbana funciona para desplazarse, otras lo ven como escenarios adecuados para practicar el Parkour.
Este deporte, que resalta la habilidad de las personas para saltar, trepar, correr y hacer acrobacias en todo tipo de entornos, de a poco va tomando fuerza en Soacha (Cundinamarca) y Wálter Segura es uno de sus mejores exponentes. Este habitante del sector de Parque Campestre lleva 10 años de trayectoria en esta disciplina, la cual llegó a su vida sin planearlo.
“Antes me desempeñaba como atleta y los deportes en conjunto no me llamaron la atención. Pero una vez fui a la Universidad de Cundinamarca y vi unos chicos saltando. Al enterarme que hacían Parkour empecé a ir a entrenar y me empezó a gustar por el nivel de complejidad de los movimientos y porque, a diferencia de otros deportes, ayuda a vencer muchos miedos y a ser mejor en la motricidad”, le explicó Wálter a Q’HUBO.
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Formador en calles
Siendo ahora un ducho en la materia, Wálter se convirtió en formador de Parkour en la Universidad de Cundinamarca – Sede Soacha. Dicha institución busca dar a conocer este deporte y lo constituye como una actividad que aleja a los jóvenes del sedentarismo. Sumado a eso, el soachuno también tiene su propio club, Yantana.
¿Cuál es su metodología de enseñanza? Fortalece las capacidades físicas y motrices de niños y jóvenes.
“Yo les desarrollo a los chicos la parte motriz: cosas sencillas como trepar un árbol, saber pasar desde alturas medianas, el trabajo de equilibrio y la esencia del Parkour: el desplazamiento en la pared, en un muro o un espacio de la ciudad”, contó Vargas.
Si bien para algunas personas el Parkour es un deporte de alto riesgo, Wálter asegura lo contrario. Cree que una exitosa y segura práctica de ese deporte depende de la buena preparación.
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“Este deporte es uno de los más seguros que puede haber, porque te preparas física y mentalmente para ejecutar algún movimiento. Por ejemplo, si un niño quiere aprender a hacer un salto mortal hacia adelante, antes de eso debo enseñarle a hacer un ‘rollito’, luego a trabajar sobre un obstáculo y a hacer movimientos en forma de ‘Pescadito’ para finalmente a perfeccionar el gesto técnico. Todo es un proceso. Además, se aborda el trabajo mental: ayudarles a confiar en mí, como su mentor, y en sus capacidades. Ahí es clave una comunicación asertiva”, reveló el teso en el Parkour.
Éxito nacional
La iniciativa de enseñar Parkour es exitosa para Wálter y su club. A nivel competitivo, en el Festival de Verano en Bogotá, el Campeonato de Cundinamarca y en Campeonatos Nacionales, sus integrantes obtuvieron 2 medallas de oro, 3 de plata y 1 de bronce.
Pero más allá de los logros deportivos, lo más importante para Vargas es “crecer en cantidad de deportistas y tener más lugares de entrenamiento para que se reconozca el Parkour”, concluyó.
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