El debut de Millonarios en la Copa Libertadores no fue el esperado. Este martes, en el estadio El Campín, el equipo capitalino cayó 2-1 con Fluminense de Brasil, en la ida de la segunda ronda preliminar. Una noche para el olvido para el equipo dirigido por Alberto Gamero.
Millonarios cuando se enfoca en jugar a lo suyo, a dominar el encuentro desde el buen trámite del balón y cerrándole los espacios al rival, es un equipo altamente competitivo. Así lo demostró en los primeros 20 minutos del encuentro: tuvo a Fluminense alejado de su arco y apeló al juego veloz para hacerle daño. Por eso al minuto 7 el ‘Embajador’ ya estaba arriba en el marcador gracias a un golazo de Eduardo Sosa, quien le ganó la espalda al defensa rival y con un remate potente venció al portero Fabio.
Sin embargo, el equipo capitalino cometió un error imperdonable, caer en el juego sucio que propuso desde el inicio Fluminense. Al ver que figuras como Felipe Melo intentaban amedrentar con golpes, los Azules no fueron inteligentes y también hicieron lo mismo, fue así como en el minuto 19 Sosa pasó fue expulsado, tras darle un puño a un rival.
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La salida del venezolano cambió la cara del partido de Millonarios radicalmente, pues el ‘Flu’ logró lo que quería, tener más jugadores en el campo para así hacer el menos esfuerzo físico y atacar a su manera. De a poco los visitantes se fueron acercando al arco de Álvaro Montero, y en el minuto 43 anotaron el tanto del empate. Una jugada desafortunada para Millos, pues Montero no supo rechazar bien un remate y dio el rebote para que David Braz lo venciera.
En el inicio de la segunda parte Fluminense se tomó confianza y atacó a Millonarios para intentar sacar diferencia en el marcador, pero esta vez Montero estuvo atento para salvar. Después el equipo local se llenó de valor y con 10 jugadores se fue con toda por la heroica, pero la suerte no estuvo de su lado.
Al minuto 71 le pitaron un penalti a favor del ‘Embajador’ y todas las esperanzas estaban puestas en Mackálister Silva para que anotara. No obstante, el portero Fabio le adivinó el tiro y se lo tapó. Lo admirable es que el Azul no bajó los brazos y siguió atacando, hasta tuvo dos opciones claras con Larry Vásquez y Daniel Ruiz, que fue el más sobresaliente por echarse el equipo al hombro cuando los ánimos estaban abajo.
Pero en el fútbol los que ganan no siempre son los que luchan sino los que encuentran la manera de anotar los goles, y Fluminense encontró el camino del triunfo a través de la efectividad. En el minuto 77, en un contragolpe, el conjunto brasileño marcó el tanto del triunfo por intermedio de Germán Ezequiel Cano, un viejo conocido en El Campín, pues le marcó 10 goles a Millos cuando fue jugador del Medellín.
El tanto fue devastador para el Azul, pues ahora tendrá que preparar el duelo de vuelta, que será el 1 de marzo en Brasil. Nada está perdido. Millos tiene con qué para darle vuelta.
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