Desde que el pasado 26 de abril la joven María Esperanza Reyes fue encontrada sin vida bajo extrañas circunstancias debajo de su cama, la intranquilidad ha acosado a su familia. El caso fue catalogado como una muerte “por establecer”.

A pesar de los detalles de su hallazgo y el estado en el que fue encontrada, indican que a María alguien le hizo mucho daño, al punto que le causó la muerte dentro de su propia casa aquella tarde en Kennedy.

Casi cuatro meses han pasado y la Fiscalía no ha avanzado en las investigaciones. Lo que más le preocupa a la familia de María es que las únicas personas indiciadas son el marido de la joven y un vecino, quienes fueron los que la encontraron y sacaron de la cama para supuestamente intentar ayudarla.

“No fue por la epilepsia”

La joven vivía con su marido en una humilde vivienda del barrio Las Palmeras. María sufría de epilepsia. “Por esa razón, una funcionaria de la Fiscalía nos dijo que esa sería la causa de su muerte. Pero todos los que la conocíamos sabemos que llevaba bien la enfermedad y, a lo mucho, cuando sufría ataques y se caía, apenas se raspaba, pero nunca un ataque de epilepsia la hubiera dejado como la encontraron”, narró a Q’HUBO una allegada de la muchacha.

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Y es que María tenía contusiones en su rostro y por como fue encontrada (envuelta en una cobija y debajo de la cama), su familia quiere saber qué pasó realmente.

“El día que la encontraron pasaron cosas raras, como que María se peleara con un señor que vive en el segundo piso de la casa y quien les pagaba el arriendo. Una vecina alcanzó a grabar un video en el que se ve y se escucha a ella (María) discutir fuertemente con el vecino del segundo piso. De hecho, pelearon dos veces porque él no quería pagarles. Más tarde llegó el marido, la vio en esas y le dijo que no peleara más con ese señor. El marido se fue a tomar unas cervezas y volvió después de las 6 de la tarde. Él cuenta que lo primero que vio fue los pies saliendo de debajo de la cama donde dormían”, añadió la mujer.

Desesperado con esa imagen, el esposo de María y otro vecino la sacaron pensando que estaba aún con vida, pero la imagen era desoladora.

“Tenía el cuello morado e hinchado, como si la hubieran ahorcado. La carita estaba llena de golpes y otra cosa que no entendemos es cómo llegó abajo de la cama, si es muy bajita. Si hubiese tenido un ataque no habría forma de que cayera debajo de la cama, y menos envuelta en una cobija. Además, sus nudillos tenían signos de violencia, como si hubiera tratado de defenderse. Lo último es que un piecito de ella no tenía zapato ni media, y el dedo del pie estaba raspado, como si la hubieran arrastrado, por eso no nos cabe en la cabeza que digan que fue un ataque”, añadió la allegada de María.

Lo único que quiere la familia es que se sepa la verdad y con esta se haga justicia en el caso de Esperanza. “Ella era una mujer bella, dejó dos hijos y no es justo lo que pasó, que nos la hagan pasar por loca, queremos que avancen en la investigación, que haya justicia”, cerró la mujer entre lágrimas.

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