Durante 20 años, Dmitry y Natalia Bakshéyev se dedicaron a cometer crímenes para luego comer y distribuir la carne de sus propias víctimas a distintos restaurantes. Esta es la macabra historia.
Dmitry y Natalia se convirtieron en expertos asesinos seriales, pues sus fechorías eran impecables y durante dos décadas pasaron desapercibidos en la sociedad. Tanto así que fueron descubiertos por su celular, pues allí les encontraron fotos y videos de cómo le quitaban la vida a las personas y preparaban la carne ya fuera para comérsela o venderla.
Según se ha podido conocer, la pareja rusa cayó porque Natalia extravió su celular y un obrero lo encontró, en el momento en que revisó la galería, se encontró con unas aberrantes fotos, por lo que acudió de inmediato a las autoridades.
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En las fotos del celular aparecía Natalia mordiendo una mano humana, como también imágenes en las que se observan distintas partes de cuerpos regadas en la cocina y siendo almacenadas por la pareja.
Dmitry tenía cuentas pendientes con la justicia, pues presentaba antecedentes por hurtar tiendas y vehículos. Por su parte, Natalia trabajó durante varios años como jefe de enfermeras en el Colegio Superior Militar de Aviación de Krasnodar, sin embargo, fue despedida porque presentaba alcoholismo crónico.
Natalia se hizo famosa en su vecindario tras venderle a su comunidad pasteles de carne, fue tanto su éxito que cuando los residentes le preguntaron la receta, ella contestó: “con lo que me voy encontrando”.
Por si fuera poco, Natalia trabajó en varios restaurantes y de la mano de reconocidos chef.
“Nos dejó claro que ella nos podía conseguir buena carne, pero yo le dije que solo trabajamos con proveedores con certificados. Se dice que trabajó como chef en algún sitio, así que la Policía debería investigar a esos otros restaurantes”.
Una de las víctimas fatales de esta pareja fue una mujer de 35 años llamada Elena Vashrushev, quien trabajaba como camarera en un restaurante y se volvió muy cercana a Natalia, a tal punto que la asesina serial la invitó a su casa y allí le arrebataron la vida.
Cuando las autoridades llegaron a realizar la inspección a la vivienda se llevaron tremenda sorpresa, pues parecía una casa de terror: en la nevera tenían piel muerta y varias partes de cuerpos distintas, las cuales, confesó la pareja, las tenían reservadas para consumirlas.
Natalia Baksheeva fue condenada a 10 años de prisión, mientras que su esposo fue condenado a 12 años.
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