Q’HUBO habló en exclusiva con el maestro Charlie Aponte sobre música, su vida y sus recuerdos.
Un hombre de 72 años, que lleva 50 haciendo música, que fue la voz principal de
El Gran Combo de Puerto Rico durante 40 años, que se ha codeado con leyendas como Héctor Lavoe y que es sinónimo de baile y gozadera en los escenarios del mundo, a la fija es un buen conversador. Hablamos del maestro Charlie Aponte y Q’HUBO lo ratificó. El salsero nos sacó un espacio en medio de su agenda para hablar de música, de su vida, de recuerdos.
El honor no es menor. Charlie Aponte no da entrevistas el día que tiene show y eso se lo aprendió a la fallecida Celia Cruz, pero a nosotros nos hizo un espacio días antes y nos recibió en el hotel en el que se hospedó con su esposa, de quien dice que lo manda “en la casa y en la tarima”, porque además es su mánager.
El salsero, que salió de El Gran Combo de Puerto Rico en el 2014 y que desde el 2015 inició como solista, nos regaló esta grata conversación.
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Cuando sale al escenario prácticamente se cae la tarima, por decirlo jocosamente, ¿cómo planea sus shows?
Todo lo que sucede está planificado, yo me siento a hacer eso. Cuando yo estaba en El Gran Combo de Puerto Rico, Rafael Ithier siempre me preguntaba: ‘¿Qué hacemos, qué hacemos?’, porque yo tengo la idea de lo que el público quiere para llevarlo en un viaje musical. Medellín tiene su repertorio, Cali tiene su repertorio, Bogotá tiene su repertorio; y aunque hay temas en común, hay otros que hay que sacarlos de la viejoteca, como digo yo.
¿Cuál es el repertorio de Medellín, por ejemplo?
‘Sin condición alguna’, ‘Trampolín’, ‘Ojitos negros’, ‘Se nos perdió el amor’, ‘Dime qué quieres’ y ‘Piénsalo’. Normalmente yo no canto esos temas en Puerto Rico, ni en otro escenario, son de esa ciudad.
¿Por qué, qué tiene de particular ese público?
Es que les gustan los temas románticos, pero con sabor, que tengan buenas letras y hay excepciones… ‘Timbalero’ yo no lo hago, porque es un tema que les pertenece a los salseros de la mata, como digo yo. Y sabes qué me está pasando, que no sé si les pasa a otros artistas, pero el público allá es 70% joven. ¡70% juventud es lo que está yendo a escuchar a Charlie Aponte! Y en las redes, el público es de 15, 16, 17, 18 (…) ‘Trampolín’ tiene muchos años, ‘Ojitos negros’ tiene mil años y la gente lo sigue cantando. Son jóvenes cantando y eso a mí me llega profundo.
¿Por qué cree que antes se hacía música que sigue vigente a través de los años, pero ahora las canciones parecen tener tiempo de caducidad?
Mira, aquí hay un fenómeno que se llama ‘Sin condición alguna’, que es de Rafi Monclova, pero no es un incidente lo que tú estás escuchando. Yo escogí ‘Sin condición alguna’ porque ya con Rafi Monclova tenía ‘Se nos perdió el amor’, ‘Cómo tiembla el alma’ y llevamos cuatro éxitos. Ese compositor como tal, no sé qué tiene, pero los temas le gustan a la gente (entre risas). Entonces yo siempre he dicho que las combinaciones ganadoras no se cambian y eso he hecho con la música.
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Usted lleva muchos años viajando por el mundo para sus conciertos y vi que este mes su agenda está llena de compromisos por varios países…
Gracias al Señor, gracias a Dios.
Mi pregunta es, ¿a lo largo de los años es difícil llevar una vida de viaje en viaje?
Hay un tema que compuse y viene en la próxima producción, que dice: “Quiero que la vida sea todita color de rosa, pa’ poder cambiar muchas cosas en una triste odisea”. ¿Qué quiere decir eso? Que si yo no tengo una disciplina, se convierte en una triste odisea, porque sería un sacrificio si no me cuido. Pasa con tu trabajo, si tienes que ir al periódico a las 6:00 a. m. mañana, no te puedes ir a la calle hasta muy tarde, porque te vas a dormir, vas a estar cansada y eso se llama sacrificio, estar en un sitio en el que no quieres estar. Entonces yo sé hasta dónde llegar.
Usted se ha codeado con salseros que son leyenda y algunos que ya no están, ¿algún aprendizaje curioso que recuerde?
El día del concierto no le doy entrevistas a nadie, porque se supone que la voz es para cantar ese día. Aprendí eso con una gran figura que se llama Celia Cruz, la conocí cuando tenía 22 o 23 años y uno de los consejos que nos dio fue ese: “No se vayan a poner pa’ la calle hasta las 3:00 a. m., descansen y no hagan entrevistas el día del show, ese día van a hablar poco, van a descansar, porque ese es el instrumento”. Ah, pero no es que sea mudo, no, tampoco (entre risas).
Esta pregunta se la envía un fan salsero suyo, ¿qué es lo que más recuerda de su paso por el Gran Combo de Puerto Rico?
¡Todo! La familia, ellos son mi familia, siempre hubo hermandad, profesionalismo y una persona que es muy especial para todos nosotros, que es como nuestro padre, es Rafael Ithier. Siempre lo llevo en el pensamiento, soy muy agradecido porque él cogió un muchachito de 22 años y yo no era muy disciplinado que digamos, pero con el tiempo cogí la disciplina musical.
¿Algún recuerdo especial que conserve de Héctor Lavoe?
Uhh… Hay varios, pero el más importante es que se tiene una imagen de Héctor, que no fue el Héctor que yo conocí. El Héctor de la película, por ejemplo… Entrevistaron a la esposa para la película y todo el mundo sabe que andaban los dos en malos pasos, tenían su forma de ser y, por ejemplo, una de las cosas que él hizo fue que adoptó la hija que era de ella y no de él. La mandó para Puerto Rico e iba a Puerto Rico a verla. Para mí el hombre que hace eso es un gran hombre.
Y una anécdota…
Una vez nos encontramos en el Madison Square Garden para un concierto y había muerto su hijo tras un incidente con una pistola en Nueva York, esa semana. Había un muchacho, Tiger, que siempre
estaba con él y se le preguntó si Héctor llegaba a los ensayos. Nos dijo: “va a llegar, va a llegar”. Como había ocurrido eso y también había muerto el papá y la suegra en poco transcurso de tiempo… El caso es que estábamos Jerry Rivas, Papo Rosario y yo esperando, cuando llegó donde nosotros y nos dijo: ‘Cuando lleguen a Puerto Rico, dénle un abrazo a sus hijos porque quizás yo no lo hice a tiempo y ahora no tengo a mi hijo”.
¿Sabes? Yo cuento estas cosas porque es la parte humana que no dicen en la película, porque a quién se le ocurre entrevistar a una mujer enojada, que es la esposa, que no estaba clara y ¿sabes qué? ¡Ella nunca mencionó a su hija en esa entrevista! Hay que disculparla porque son cosas que suceden, los seres humanos no somos perfectos y no estoy diciendo nada malo de nadie, simplemente es una realidad que se vivió.
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Finalmente, ¿cuál cree que fue o es su mayor aporte para la salsa?
Yo grabé un solo tema que no podía cantar prácticamente. Estaba enfermo de una pulmonía que cogí en Chicago (Estados Unidos) por un cambio de temperatura en el que pasamos de 29 grados a 15 grados y como andaba con una camisita, me enfermé de la garganta. El tema se llama ‘Antero’. No lo quería grabar, porque no podía ni hablar, pero Rafael me obligó y es lo único que puedo decir que no quería hacer, pero si yo no estoy preparado para algo, no lo hago… Esa es mi forma de ser hacia la música, la respeto y por eso yo creo que es un legado que puedo dejar.
Redacción: WENDY RESTREPO GUZMÁN
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