Hace algunos días, Gustavo Petro y los organizadores habían gestionado todos los permisos necesarios para usar la espada de Bolívar en el acto de posesión del nuevo presidente de Colombia.
El deseo del nuevo mandatario, era algo simbólico, que representará la libertad, unidad, esperanza y vida. Pero a pocas horas de la posesión, Iván Duque se negó a prestar la espada.
Bajo el argumento de seguridad, no hizo el préstamo. Aún cuando se pagó un seguro para la seguridad de la espada. Su recorrido sería desde la Casa de Nariño a la Plaza de Bolívar.
Sin embargo, no es la única restricción que se ha presentado durante la organización del evento, pues se conoció que en las últimas horas tampoco se prestó la escultura de la Paz que se solicitó de igual manera para prescindir el desfile y honores militares.
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Además, desde la Cancillería se ordenó, en tres oportunidades, el desmonte de los salones del palacio de San Carlos donde se tenían previstas actividades durante este domingo 7 de agosto.
Los organizadores del evento demostraron haber cumplido con las distintas exigencias de protección, mantenimiento, pólizas y seguros durante el montaje del magno evento.
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