El pasado martes el Congreso aprobó el Presupuesto General de la Nación (PGN), que es la hoja de ruta a nivel presupuestal que anualmente el Gobierno arma para saber cuánto billete se destinará a los ministerios y programas sociales.
La norma aprobada tiene 141 artículos en donde se estipula el manejo de $350 billones y en ella se encuentran unos puntos bastante llamativos porque benefician a los colombianos, y otros que han generado mucha polémica en las últimas horas.
De entrada se aumentó la inversión en programas sociales en $11 billones en comparación con el año anterior, que fue muy duro por la pandemia.
A continuación le contamos lo bueno, lo malo y lo feo de este proyecto que, como lo ha dicho el Gobierno, es crucial para la reactivación postpandemia.
$350 billones cubrirán tres frentes del gasto. El año anterior este fue de $313.9 billones.
$209,1 billones son para gastos de funcionamiento: pago de salarios, arriendos y otros.
$69,6 billones serán para inversión social: subsidios, obras públicas y otros.
$71,7 billones irán al pago de deudas del Estado.
$49,5 billones del PGN irán al sector educación, siendo el rubro más alto y que servirá para ‘Matrícula cero’ y otros programas.
$42,6 billones irán para el sector de defensa y policía. Con el 32% del presupuesto es el segundo en nivel de importancia.
$41,9 billones irán para el sector de salud y protección social, que se destinará en parte a la cobertura en zonas rurales.
$34,7 billones recibirá el sector de trabajo, que tendrá el 9% del PGN y será clave para la reactivación en 2022.
$20,5 billones recibirán entre la rama judicial, Procuraduría, Contraloría, Fiscalía y el Ministerio de Justicia.
$4,55 billones llegan al sector agricultura, no es tan alto como Hacienda ($25,9 billones), pero supera a Comercio ($1,13 billones).
$2,49 billones para el sector de Tecnologías de la Información, además habrá $330 mil millones para Ciencia.
$560 mil millones recibirá el sector cultura, uno de los tres más bajos. El Congreso recibirá $880 mil millones.
$110 mil millones recibirá el sector de inteligencia. Aunque este está adscrito a Defensa, tiene un rubro aparte.
Lo bueno: El representante Daniel López (Cambio Radical) le contó a Q’HUBO los aspectos claves de esta reforma. A nivel general considera que la destinación del presupuesto cumple con lo esperado y en donde se verá una austeridad del Gobierno para el 2022.
Entre las novedades se destinará más billete para subsidiar los cilindros de gas a comunidades indígenas y personas de estratos 1 y 2, igualmente se trabajará para aumentar las redes de este servicio en los municipios.
Lo regular: Una de las normas que se cayó permitía a hombres mayores de 52 y mujeres mayores de 47 años, con un mínimo de 750 semanas cotizadas en fondos privados de pensiones, trasladarse a Colpensiones, pero Asofondos se opuso señalando que quienes ganan entre 1 y 2 salarios mínimos al pasarse perderían buena parte de lo ahorrado en los fondos privados.
Una norma que sí quedó viva es la que permite al Gobierno echarle mano al dinero que está en cuentas inactivas con saldos por debajo de los $92.000; aunque las personas pueden reclamar su dinero, varios congresistas la consideran un abuso a la propiedad privada.
Lo malo: El congresista de Cambio Radical critica que haya menos dinero para el programa de sustitución de cultivos ilícitos y para el subsidio ‘Mi casa ya’, además se refirió al famoso artículo 125 que elimina la Ley de Garantías; esta prohibía a entidades y funcionarios del Estado adelantar contratos cuatro meses antes de elecciones.
“Las reglas de juego electorales no se cambian en medio del partido y no hubo garantías para que quienes nos oponíamos pudiéramos expresar nuestros argumentos”, dice el representante, aunque otra cosa afirma el Ministerio de Hacienda, que resalta que solo se podrán gestionar contratos que deberán ser públicos y que promoverán el empleo.
