El joven fue apuñalado cuando se encontraba defendiendo a su mamá de una banda de apartamenteros en la localidad de Fontibón.
Una banda de apartamenteros tiene azotado un sector del barrio Villa Liliana, en la localidad de Fontibón. Ya se cuentan por decenas las veces que la comunidad ha evitado que los delincuentes se salgan con la suya e ingresen a las casas a robarse lo que se encuentren.
Lamentablemente no siempre han podido evitar que los amigos de lo ajeno cumplan con su objetivo y ya son varias las familias que han sido víctimas de esta banda que actúa en inmediaciones de la Calle 22J con Carrera 123. Uno de los casos más complejos sucedió el pasado miércoles 16 de agosto, cuando estos sujetos fueron descubiertos por una familia al interior de su vivienda.
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Durante la reacción, un joven de 26 años que salió en defensa de su madre y se enfrentó a los delincuentes, recibió cuatro puñaladas, ataque que lo dejó con una costilla fracturada y 15 días de incapacidad. La mañana de ayer, una semana después de los hechos, hablamos con la familia víctima. Les contamos.
Los hechos…
“Ellos entraron con llaves, eran 5 tipos, 2 se hicieron en cada esquina, dos entraron y el otro se quedó vigilando la puerta. Yo escuché ruido en la puerta, entonces me levanté a ver qué era lo que pasaba. Eran las 4:40 de la mañana. Solo fue abrir la puerta de ingreso al apartamento y ya tenía al tipo encima. En ese momento empecé a gritar, el tipo me alcanzó a dar varios golpes y fue ahí que salió mi hijo y se le fue encima”, nos contó la mañana de este viernes la mujer víctima, mientras su hijo nos mostraba las cicatrices que le dejó el ataque.
En medio de la instintiva reacción, el joven no midió ningún riesgo y simplemente actúo para proteger a su mamá. Varios minutos duró el forcejeo durante el cual el joven intentó neutralizar al delincuente, golpes iban y venían hasta que la víctima ya tenía sometido al ladrón y fue entonces cuando un segundo bandido entró en escena y le pegó una puñalada en la espalda para que soltara a su cómplice.
“Cuando llegó el otro tipo y me atacó para que yo soltara al que ya tenía en el piso, ellos bajaron la escalera para volarse y yo me les fui detrás. Se llevaron una bicicleta que estaba en el garaje y en esa fue que se nos volaron. Yo en medio del trajín no había sentido dolor ni nada, yo me di cuenta que me habían dado puñaladas fue por la sangre y porque mi mamá me revisó”, nos contó el joven agredido que terminó con una costilla fracturada y puñaladas en el abdomen, en un costado del pecho, en la nariz y en la espalda.
Los pillos insisten
A menos de una semana del hurto, a la misma hora del pasado martes 22 de agosto, una vivienda ubicada justo al frente de la casa donde reside el joven atacado, la misma banda ingresó a una casa y extrajo un computador. Si bien la comunidad se percató del hecho, los sujetos alcanzaron a escapar impunes. En otro caso, sucedido en mayo, los sujetos hicieron una escalera humana y lograron ingresar a una vivienda pero sus residentes lo pillaron y el ladrón logró escapar.
“Estamos agobiados por esta gente. No podemos dormir del todo tranquilos sabiendo que a cualquier hora esta gente se nos mete en las casas. No le exagero, esto acá pasa casi que cada semana y a veces pasan varios casos por semana. Y en esas llevamos mucho tiempo, más de un año. Tenemos alarmas, grupos vecinales, grupos de seguridad, hemos pasado cartas a las autoridades, pero nada cambia. Son los mismos en las mismas, y nosotros siempre las víctimas. Necesitamos una solución real y efectiva. Urgente”, concluyó una mujer víctima de hurto en el mes de mayo , residente de la misma cuadra, a quien se le metieron los pillos por la ventana.
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