Minutos antes de que el reloj marcara las 7 de la noche del lunes, un bicitaxi negro se estacionó en un parque contiguo a la Calle 40 sur con Transversal 73F, en un sector comercial de Kennedy Central.
Según versiones de un testigo presencial del hecho, y otras de comerciantes de la zona, del ciclomotor se bajaron dos personas: un hombre que vestía una chaqueta azul con rojo y una mujer que portaba una sudadera rosada. El vehículo se quedó esperando a que el hombre desenfundara el arma y cometiera el crimen, los recogió nuevamente y arrancó con el matón a bordo en la misma dirección en la que llegó.
Los hechos…
El asesino atravesó una cuadra en la que, además de transeúntes y comerciantes de la zona, se encontraba un grupo de niños que disfrutaba de su inocente juego tras terminar su jornada escolar. Caminó camuflado entre los demás peatones, se acercó a una silla en la que la víctima estaba sentada y sin mediar palabra descargó su tambor. En total se escucharon 5 disparos.
Los menores y demás personas que estaban cerca corrieron a las tiendas aledañas buscando refugio. Tras el breve y tensionante silencio que prosiguió a los disparos, la algarabía y confusión reinó entre la multitud que se agolpó al rededor del herido, intentando sin éxito maniobras de reanimación. El muchacho alcanzó a ser trasladado al Hospital de Kennedy, en donde momentos después de ser ingresado, falleció.
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De los cinco tiros, según el reporte judicial, dos impactaron la humanidad de la víctima, a la altura de la cabeza y el tórax. El joven, que fue identificado como Fabián López Murillo (de 24 años), era conocido en la zona por el trabajo que desarrollaba en una aplicación de mensajería. Vivía en el barrio El Socorro, en la misma localidad donde ocurrió el ataque sicarial.
Cabe resaltar que un testigo y allegado a la víctima, que incluso ayudó a socorrerla, dice que fueron tres los disparos: dos en el pecho y uno más en la cabeza.
Las primeras versiones indican que el hecho, posiblemente, se debió a un ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al microtráfico del sector. Una amenaza que recaía sobre el occiso y su pareja es la pista en la que trabajan las autoridades.
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