Gabriel Esteban Cubillos Rodríguez de tan solo cinco años de edad, tenía la ilusión de ver a su padre los fines de semana y compartir con él momentos de alegría, pero nunca se imaginó que el hombre que admiraba y amaba, sería quien le quitaría la vida.

Gabriel Enrique González Cubillos, el padre del menor, tenía el asesinato de su hijo planeado para vengarse de su expareja. El celoso hombre acabó con la vida de un inocente por los celos y la ira que lo consumían por dentro. 

El pasado fin de semana le correspondía a Enrique cuidar el niño y, como de costumbre, fue a recogerlo. El hombre salió de su casa en Tocancipá y se dirigió a la de del menor, ubicada en el barrio Sierra Morena de la localidad de Usme.

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Al llegar a la vivienda, el sujeto le pidió el baño prestado a la madre del niño y luego se fue con Gabriel a un compromiso familiar. Hasta ese momento nadie sospechaba el cruel plan que el hombre tenía para su pequeño hijo.

Sin embargo, a eso de las 9 de la noche la hermana del hombre recibió un mensaje donde le decía que no los esperara porque no iban a regresar y que buscara unas cosas que le había dejado en su casa en el barrio Castilla de la localidad de Kennedy.

Sorprendida y confundida, la mujer siguió las indicaciones de su hermano y encontró ocho millones de pesos y una nota en donde dejaba varias recomendaciones para disponer de sus pertenencias.

Esto encendió las alarmas, pero no fue hasta las 10 de la noche de este domingo que González se comunicó con Consuelo, la madre del niño, para decirle que buscara una USB que había dejado escondida en el baño de su casa, justo cuando le pidió el baño prestado.

Sin saber que pasaba, la preocupada madre vio lo que contenía la memoria, se trataba de dos videos; uno donde el hombre sale hablando de su fallida relación y otro en el que contaba cómo iba a asesinar a su hijo.

Ante esta situación, Consuelo le dio aviso a las autoridades y el menor fue reportado como desaparecido en Tocancipá, ya que se presumía que estaba allá.

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Posteriormente, el hombre, sin nada de arrepentimiento, le envió una fotografía del niño sin vida a su madre, donde se veía al menor acotado sobre las sábanas blancas.

Enrique, además de la foto, le escribió a la mujer que lo había asfixiado y que ya podía continuar con su vida, pues Consuelo, tras cinco meses de estar separada del padre de su hijo, ya estaba con otra persona, lo que despertó unos celos enfermizos en Enrique, sin contar que este ya tenía antecedentes de problemas mentales.

Gracias a un exhaustivo rastreo de cámaras de seguridad, los investigadores pudieron determinar que el cruel padre y su hijo se habían hospedado en el hotel El Rey, en el municipio de Melgar. Pero cuando arribaron al lugar, encontraron el cuerpo sin vida de la pequeña víctima y se dieron cuenta de que el homicida había escapado sin dejar rastro.

El asesino de Gabriel, ahora es buscado por cielo y tierra.

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