“Ella no se lo merecía, no merecía morir así, no merecía morir en lo absoluto”, no paraba de repetir un desconsolado vecino y amigo de antaño de doña Ligia Consuelo Parra Rojas, la mañana siguiente del fallecimiento de esta mujer de 63 años. Y esas palabras las decía aquel vecino luego de conocerse que su muerte fue provocada por un terrible episodio de intolerancia, del cual ella no logró recuperarse.

La muerte de doña Ligia aún sigue siendo un misterio, a pesar de los diversos relatos que han entregado vecinos y allegados sobre lo ocurrido la noche del viernes. Al parecer, unos tipos en estado de embriaguez habrían provocado el deceso de la mujer, en el instante en que ella intentaba defender su humilde casita de ladrillo. Todavía las autoridades no han dado con los malhechores, pero se espera que en los siguientes días den con los culpables.
Terrible intolerancia

Dentro de un inmueble de ladrillo de un solo piso, y que está ubicado justo detrás del Colegio Gerardo Páez del barrio Rincón, la Policía se acercó a la pequeña vivienda, ubicada en la Calle 129A con Carrera 94C. Una llamada los había alertado del grave estado en el que se encontraba la mujer.

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Tendida sobre su cama estaba doña Ligia, su salud empeoraba, pero no sabían a ciencia cierta qué era lo que tenía. Parecía un golpe en la cabeza o un fuerte ataque de nervios. La familia de la mujer manifestó que habían pasado más de 20 minutos y la ambulancia nada que llegaba, razón por al cual decidieron llamar a la Policía.

Ahora el misterio se centraba en lo que había sucedido minutos antes de que la modista ingresara a su casa en un grave estado de salud. Según comentaron algunos vecinos a Q’HUBO, todo ocurrió pasadas las 8 de la noche del viernes, justo frente al poste que está a la entrada de la casita de ladrillo.

“No cabe en la cabeza que un reclamo cause este tipo de acciones. Yo no sé exactamente lo que pasó, pero dicen que un grupo de borrachos llegó a la casa de la señora y se pusieron a orinar la fachada. Ella simplemente salió a hacerles el reclamo. No sé qué le harían, pero mire… hoy la señora ya no está. Tenía varios hijos ya grandes, con los que vivía con el esposo”, narró a este diario un conocido de doña Ligia.

Los segundos entre los que Ligia salió a hacer el reclamo y volvió a entrar muy mal a su casa son ahora un misterio. Algunos reportes afirman que la mujer fue golpeada con un objeto contundente, mientras que en el Hospital de Suba, a donde ingresó ya grave, dan cuenta de que no se le veían heridas contundentes. Lo cierto es que la mujer falleció poco después de que la Policía la hallara en su cama.

Los familiares concuerdan en que todo inició cuando estos sujetos orinaron frente a su casa. Ahora la búsqueda no para y en medio del dolor la gente de este barrio clama por justicia y tolerancia, a la vez que extrañan a la entrañable vecina modista.

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“¡La intolerancia es tenaz! Una señora tan noble y amable acabar así, me parece de lo más injusto, alguien a quien yo conocía por más de 30 años y a quien respetaba mucho. No es posible que los borrachos y la gente intolerante arrebate vidas de esa manera, me da mucha lástima e impotencia”, cerró el vecino con los ojos encharcados y la mirada perdida en el poste de la humilde casa.

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