Un doloroso crimen se registró en horas de la tarde del miércoles en el barrio El Amparo de la localidad de Kennedy, cuando un hombre mató a su pareja sentimental y luego se quitó la vida. Los hechos se registraron al interior de una vivienda.
Los habitantes de este barrio sepultaron sus palabras tras el atroz crimen, pues muchos no logran entender cómo es que un hogar que se construyó durante años, terminara en semejante tragedia.
Feminicidio-Suicidio
Eran alrededor de las 2 de la tarde cuando el sonido de un arma de fuego se escuchó al interior de una vivienda ubicada en la Carrera 81K con Calle 41A Bis Sur. En ese momento el hijo de la víctima de feminicidio, quien que se encontraba atendiendo el supermercado ‘El Esquinazo Paisa’, que funciona en el primer piso de este mismo lugar, se alertó y corrió a ver qué había sucedido.
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El joven fue hasta el segundo piso del inmueble y allí se llevó la dolorosa escena de ver a su progenitora Claudia Patricia Castaño Idarraga (49 años), con un disparo en el abdomen.
“El hijo empezó a gritar por ayuda y la bajaron al primer piso para llevarla al centro de salud”, dijo la Policía.
Cuentan que en el momento en que estaban sacando a Claudia Patricia de la casa para llevarla hasta el Cami de Patio Bonito, se escucharon otras detonaciones, pero en ese momento la prioridad era llevarla a ella rápidamente para que le brindaran atención médica. Lastimosamente, tras haber llegado al centro de salud y pese al esfuerzo del personal de la salud por salvarle la vida, ella partió de este mundo.
Para completar esta tragedia, cuando los familiares en compañía de la Policía ingresaron a verificar de dónde provenían los otros disparos que se escucharon, se encontraron con que en el tercer piso, en uno de los cuartos, yacía el cuerpo sin vida de Gerardo Martínez Montoya (58 años) junto al arma de fuego que había usado en contra de su esposa Claudia y de él.
De acuerdo a versiones preliminares, al parecer dentro de esta casa se originó un fuerte altercado entre la pareja supuestamente porque estos tenían diferencias en el proceso de divorcio.
Por lo pronto lo único cierto en esta tragedia es que el dolor les quedó a sus familiares, pues no habrá palabras de consuelo, y mucho menos razón alguna para justificar que Gerardo segara la vida de Claudia.
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