Una pareja llegó, la mañana de ayer, a un hotel ubicado en la Calle 52 con Av Caracas. Lucían afanados, buscaban una habitación urgente y no llevaban equipaje. La mujer entró al lugar para reservar un cupo y en la recepción le dijeron que no habían habitaciones disponibles. Su compañero la esperaba afuera. Tras la negativa del lugar, la pareja salió y se enfrascó en una discusión justo en la entrada del centro de hospedaje. Eran las 8:50 de la mañana.
El sicariato:
Siguiendo los pasos de la pareja venía el sicario, un joven de 17 años que, armado con un revólver calibre 38 largo que guardaba en un pequeño bolso negro, esperó a que el hombre y la mujer decidieran si entraban o no al hotel, y en el momento en que discutían aprovechó la situación y sin dilaciones abrió fuego: al menos cuatro disparos silenciaron el tráfico torpe de la Avenida Caracas, ayer, a las 9 de la mañana.
Un disparo a la altura del cuello dejó a Andrey Mauricio Botero Ramírez, de 36 años, tendido en el mismo lugar donde fue atacado justo al lado de su pareja que no pudo hacer nada más que cubrirse, intentar auxiliar a su compañero y contribuir con las autoridades para el seguimiento y posterior captura del asesino. Al lado del hotel, en los vidrios de la sede de una EPS, dos orificios de bala testifican el horror.
Persecución…
Tras cumplir con la sanguinaria misión, el sicario huyo hacia el occidente por la calle 53 en dirección del barrio Galerías en la localidad de Teusaquillo.
La previa verificación de las cámaras de seguridad del sector, junto a los relatos de testigos, permitieron la rápida identificación del asesino.
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Según testigos, durante la persecución el joven sicario intercambió disparos con los uniformados y fue hasta que se le acabó la munición que fue capturado. Al respecto, el mayor Míller Rojas, comandante de la estación de policía de Teusaquillo, afirmó que: “se logró la aprehensión de este menor de 17 años quien en su momento portaba la chaqueta con la cual nos habían descrito, el bolso y dentro del mismo un arma de fuego tipo revólver con la munición que había sido utilizada al momento del hecho”.
Se presume que este hecho obedeció a posible ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales.
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