Los perros y gatos, al igual que los humanos, también pueden padecer diabetes mellitus; y aunque en los primeros años de vida de nuestros peludos no se manifiesta esta enfermedad, sí podemos evidenciar a través de su comportamiento diario algunas señales que pueden indicarnos que algo no anda bien en ellos, y es allí cuando la revisión oportuna de un veterinario podría ser la solución para actuar a tiempo y brindarle la mejor atención a nuestra mascota.
Hay que ir al veterinario
La recomendación de los especialistas es programar citas con el médico veterinario, por lo menos, 2 veces al año. Estos controles servirán para realizar un examen físico general de niveles de glucosa y los análisis de laboratorio que se consideren pertinentes en la veterinaria.
¿Qué hacer si es diagnosticado?
Si su peludo fue diagnosticado con diabetes, no es el fin del mundo, pero ahora deberá ser consciente de que usted tendrá la responsabilidad de encargarse de que el perro o gato lleve una dieta balanceada y adecuada.
Dependiendo la raza de su mascota (en el caso de los perros y gatos sedentarios), debe incluir una rutina de juego (actividad física), así como la administración de insulina de forma periódica con el veterinario.
Factores que pueden desencadenarla
Gabriel García, gerente técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en Colombia, comentó que “factores como una mala alimentación, la disminución del ejercicio y el aumento de peso provocan un desequilibrio en los niveles de glucosa e insulina de nuestras mascotas, dando como resultado un mayor riesgo de que desarrollen diabetes mellitus”.
Síntomas que deben prender las alarmas
Alimentación
A pesar de que coman suficiente, las células no podrán detectar el azúcar para generar la energía y esto hará que requieran de más alimento, así que ojo con eso.
Hidratación
La diabetes también provoca que aumente el consumo de agua, pero también la frecuencia con la que orinan los peludos, y esto sucede porque el azúcar se elimina por la orina, llevándose también el agua del cuerpo.
Pérdida de peso
Cuando detecte que de un momento para otro su mascota comenzó a bajar de peso, aún consumiendo la misma cantidad o más comida de lo habitual. Pero el otro extremo también es alarmante, porque en algunos animales en vez de bajar, se suben de peso.
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