Como una verdadera catarsis se podría catalogar el proceso creativo que hizo Juana Acosta con su obra ‘El Perdón’, la cual muestra por medio del baile, la poesía y el teatro cómo fue su proceso liberador para sanar tanto odio y rencor por el asesinato de su papá Álvaro Acosta, el cual ocurrió en la década del 90 en Cali y hoy en día continúa impune.
En España esta obra ya ha tenido 70 funciones y a partir del 10, 11 y 12 de marzo los bogotanos la podremos ver en el Teatro Colón. Hablamos con la exitosa actriz, quien nos regaló un espacio para contarnos cómo surgió esta obra de teatro y cuál ha sido el proceso que ha enfrentado para sanar su mente de tanto dolor, el mismo que la llevó a huir de Colombia y abrirse un espacio como una actriz internacional.
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¿En qué momento decide hacer catarsis por medio de ‘El Perdón’?
Creo que no estaba preparada antes para enfrentarme a hablar sobre esto. De alguna manera yo no era consciente de que había algo que yo no había terminado de elaborar sobre el asunto de mi padre, y eso lo fui descubriendo a medida que iba haciendo la función el año pasado.
Yo un día me levanté con un impulso misterioso y mágico, en el que tenía necesidad de volver a bailar después de 30 años, porque empecé a bailar desde los 3 años ballet, y de los 6 a los 16 danza contemporánea. Para mí esa era mi gran vocación, yo quería ser bailarina y me estaba preparando para eso. Pero recibir la noticia del asesinato de mi padre a los 16 años, vestida con la ropa de danza, en voz de la esposa de mi hermano que me dijo:
Para la actriz caleña, ‘El Perdón’ es uno de los logros más importantes de su carrera artística y con el que hizo catarsis. Fotos: Kit de prensa teatro Colon – instagram.com/juana_acosta/
“Te tengo una mala noticia”, me llevó a escribir la primera línea de esta obra teatral.
¿Cómo se logra el perdón?
Hay un texto que incluyo en la obra de teatro y con el cual cerramos el espectáculo, en donde decimos: “perdonar no es olvidar, minimizar ni justificar el daño, perdonar es abrir la puerta al resto de tu vida, abrir la puerta al ahora”. Yo pienso que el proceso de perdonar es muy personal. En esta obra y con esta pieza no pretendemos aleccionar a nadie, no es para nada un evento panfletario, es un espectáculo para generar preguntas, generar debate. Yo en los meses de preparación del perdón entrevisté a mis hermanos y a los hermanos de mi padre, porque quería recuperar la figura de él a través del recuerdo de todos, porque el recuerdo es muy subjetivo y uno se acuerda de lo que quiere, y a mi padre lo asesinaron hace 30 años, yo quería escuchar el testimonio de sus seres más queridos. En ese proceso entendí que el no perdón también es lícito en la medida que no se perpetúe la violencia, y el proceso de este trabajo ha sido sumamente catártico y sanador.
¿Cómo era su relación con su papá?
Fue excepcional, mi papá físicamente fue un hombre guapísimo, bien vestido, con sus ojos verdes paraba el tráfico en Cali. Era un hombre bello por fuera y por dentro. Tenía un sentido del humor maravilloso, era muy generoso, magnético y se hacía querer. Yo soy la mayor del segundo matrimonio, mi padre tuvo seis hijos: cuatro en el primer matrimonio y dos en el segundo (Juana y Valentina Acosta). Todos tuvimos una relación muy estrecha con él. Tenía la habilidad de hacernos sentir que todos éramos sus favoritos.
Su hermano mayor tomó la decisión de quitarse la vida 15 años después del asesinato de su padre, ¿cómo logró Juana salir de ese ciclo del dolor?
Yo siempre he dicho que este espectáculo es una reflexión acerca de cómo cortar con el ciclo de la violencia, que genera más violencia. Cuando pasó lo de mi padre todos estábamos destrozados, pero nuestro hermano mayor, Álvaro José, estaba con una rabia muy difícil de controlar y tenía mucha necesidad de investigar quién había sido, por qué, cómo, cuándo, dónde… lo tuvimos que parar un poco porque ya nada nos iba a devolver a mi papá. Pero Álvaro José no pudo ejercer esa violencia hacia afuera y 15 años después la ejerció consigo mismo. Ese fue otro motor para llevar a cabo este espectáculo, porque me di cuenta de lo importante que es cortar con el círculo de la violencia, que no es fácil, es muy difícil, ymás en un país como Colombia, donde hay sed de venganza.
¿Qué hizo para no dejarse derrotar por el dolor?
Yo creo que eso es algo muy personal y depende de las herramientas que tiene cada ser humano para sobreponerse. Yo creo que este espectáculo tiene mucho de resiliencia, que es lo que a mí me gusta mucho, ver cómo podemos superar los asuntos que la vida nos pone en el camino, y en lo personal me ha ayudado mucho la terapia, necesité años de terapia para reconciliarme con Colombia. Yo salí del país hace 23 años muy golpeada, muy adolorida. Se requirió de años para lograr sanar, no fue un proceso de la noche a la mañana.
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