A sus 71 años, Darío Gómez puso a cantar a todo un país y un continente. Hizo vibra millones de corazones con su talento y su voz durante 50 años de carrera musical.
El Rey del Despecho compuso su primera canción a sus cortos 16 años, mientras trabajaba en el campo y en la mecánica. Su amor por la música inició desde que era apenas un niño, cuando su abuelo materno le regaló un tiple.
Este artista llegó hasta el sello Codiscos a finales de la década del 70, después de haber tocado cientos de puertas con su música intentando poder empezar a sonar en la radio de aquella época, pues sabía que talento era lo que tenía.
En esta disquera vieron su talento y allí se interesaron por varias de sus composiciones y empezó a escribir temas para otros artistas. Gracias a la carrera que hizo en Codiscos, ocupó el puesto de director artístico y grabó con su hermano Heriberto Gómez a dúo, bajo el nombre de Los Legendarios.
Su primer éxito vino cuando compuso ‘Ángel perdido’, que fue una canción dedicada a su fallecida hermana Rosángela. Con este éxito logró vender más de medio millón de copias y se convirtió en el primer eslabón de la cadena de éxitos para el cantautor antioqueño.
Entre 1977 y 1982 permaneció en Los Legendarios y quiso probar suerte en el campo de la música parrandera, con su agrupación Los Viejitos Verdes. Sin embargo, esto sirvió como un impulso para Darío y a principios de la década de los ochenta fundó su propia productora: Discos Dago.
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En Discos Dago grabó sus primeros éxitos, enfocados justamente en uno de los sentimientos más profundos del ser humano: el despecho. A partir de entonces sus seguidores lo bautizaron como El Rey del Despecho.
Con su trabajo musical “Nuestro ídolo” en 1989, Gómez se hizo inolvidable, pues desde ahí proviene su clásico “Nadie es eterno”; inspirado en una conversación con su cuñado en una visita a su natal San Jerónimo.
Este éxito nació porque su allegado le dijo que debajo de la cantina donde se encontraban quedaba antes un viejo cementerio, del cual ya no quedaba “ni la tumba ni la cruz”. Así surgió ese megaéxito que partió en dos la historia de la música popular en Colombia.
Darío siempre será recordado por éxitos como “Así se le canta al despecho”, “Nueve años de soledad”, “Esta navidad no es mía”, “El caso de dos mujeres”, “Si negabas que buscabas”, “Entre comillas”, “Corazonada”, “El rey del despecho” y muchas más.
Estas son algunas de sus canciones más recordadas:
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