Siguiendo la racha de tenebrosos hallazgos de cuerpos embolsados en cuatro localidades de Bogotá, ahora el turno le tocó a Bosa. Ayer en la mañana un espeluznante episodio dejó anonadados a los vecinos del barrio Naranjos, quienes fueron testigos del levantamiento de un cadáver que fue abandonado en el rincón de un poste del Colegio Carlos Albán.
“¡Está picado!”, se alarmaban algunos vecinos al cruzar y ver la particular cinta roja con la que las autoridades acordonaron tres cuadras del barrio, detrás de los muros del colegio. De hecho, toda la mañana se habló de varias bolsas encontradas en este punto, a propósito de los hallazgos de semanas anteriores. Lo cierto es que, según las autoridades, el cuerpo pertenecía un hombre y sí presentaba signos de violencia en la cabeza.
Un nuevo y macabro hallazgo…
Cuentan en la zona que a eso de las 9:05 de la mañana llegaron los funcionarios de una empresa de telefonía a este punto para realizar unas revisiones al cableado del poste verde, pero cuando se fueron a encaramar al poste, atravesando la inmensa cantidad de bolsas que lo rodeaban, vieron un manchón de sangre que delineaba varios metros de largo. Al lado del manchón, una cobija larga, abultada y extraña, les revolvió todo y llamaron a las autoridades.
La Policía del CAI Laureles llegó directamente a la esquina de la Carrera 80 con Calle 72 sur. Corroboraron que se trataba de un cadáver y enseguida las unidades de la Policía Judicial Sijín arribaron a la esquina del colegio.
Una patrulla se estacionó frente al poste y el laboratorio de criminalística se hizo a un lado, tapando toda la escena ante la multitud que se quedó observando el macabro espectáculo de muerte.
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“A las 9 a.m. los del cableado lo encontraron y dijeron que el cuerpo estaba envuelto en cobijas blancas y bolsas blancas. Un funcionario dijo que habían varias y regó el chisme de que el cuerpo estaba desmembrado. Por supuesto, no dejaron acercarse”, mencionó a Q’HUBO un comerciante de la cuadra.
Más tarde, las autoridades hablaron con este periódico y aclararon que el cuerpo estaba completo, que tenía signos de violencia en la cabeza y, aparentemente, se trataba de un joven de alrededor de los 35 años de edad.
Entre la comunidad había zozobra. “No puede ser que ahora vengan aquí con eso y frente a un colegio, ¡qué terrible lo poco que vale la vida para esas personas!”, exclamó una vecina muy preocupada.
Continúa el ciclo de terror
Tal y como ocurrió en el caso de Antonio Nariño, donde hallaron un cuerpo con 161 puñaladas, en este caso las autoridades confirmaron que el cuerpo había sido abandonado por dos carreteros, que lo dejaron entre una cobija. “Tienen aspecto de recicladores, pero no es claro si es una fachada”, mencionaron a este periódico.
Por otro lado, cabe recordar que el último hallazgo fue el pasado 5 de mayo en la localidad de Kennedy (aledaña a Bosa), donde dejaron a dos hombres en una carreta y envueltos en cobijas. Con Bosa ya van cinco localidades donde han habido estas apariciones. Las más recientes declaraciones de las autoridades apuntan a que esta ola de muerte se debe a cruentas represalias entre bandas clandestinas.
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