En los juzgados de familia crecen las solicitudes de separación. Se cuentan por cientos y, aunque haya números, todos podrían ser insignificantes si se tiene en cuenta que muchas parejas no protocolizan las separaciones sino mucho tiempo después.
La violencia intrafamiliar, la infidelidad, los excesivos celos, problemas sexuales e incluso las inusitadas diferencias religiosas son algunas de las causas principales por las que las parejas deciden dormir ‘en camas separadas’.
Según los argumentos que exponen los esposos y las esposas es que, al poco tiempo de casarse, comprobaron que alguno de los dos no tenía palabra y no se comprometía de manera seria con la relación.
Además de los problemas que despierta la convivencia conyugal, me preocupa la falta de compromiso que las personas tienen después de contraer nupcias.
No entiendo por qué al principio de buena parte de las relaciones los dos están de acuerdo en unirse, y al poco tiempo de hacerlo deciden echar por la borda todos sus juramentos.
Eso pasa, entre otras cosas, porque las parejas de hoy no tienen presente que el respeto en una relación es algo imprescindible, no solo en el noviazgo sino que debe mantenerse siempre.
Entre dos personas que deciden dar el “sí” debe existir, además de amor, varias gotas diarias de confianza, comunicación y paciencia para poder sobrellevar las desavenencias.
Usted me preguntará por qué elegí este tema de los divorcios para este tipo de contenidos espirituales.
Permítame responderle que toda práctica en el área espiritual requiere de cierto compromiso y, por ende, dos personas que deciden conformar un hogar deben tener palabra.
Aclaro que no es que piense que una pareja deba mantenerse unida a juro, solo por el vínculo matrimonial. No me perdonaría juzgar a los esposos según mi percepción, sin tener en cuenta la realidad de ellos.
Si bien existen las ganas de hacer que la vida funcione bien en pareja, también sé que llega un momento en el que esa relación pierde la línea del horizonte, y ahí sí ni modo.
Sin embargo, antes de entablar una relación es preciso conocer de cerca el corazón de nuestras parejas y sus intenciones.
Yo sé que la vida no es una telenovela, pero creo que antes de protagonizar una historia de amor es preciso estar seguro de ese paso que se quiere dar.
Piense bien antes de dar el “sí”, porque el tema no es casarse y luego dejar abandonada la relación.
En ese sentido es preciso que ninguno de los dos esté a la defensiva; que su cambio de estado civil los haga más fuertes, tanto en las escrituras como en sus corazones; y, sobre todo, que jamás se duerman sin resolver sus diferencias. También deben aprender a cuidarse los dos, para que su relación sea su mayor tesoro.
¿Qué tal le pareció este contenido?
¡Haga clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sea el primero en puntuar este contenido.