Un nuevo crimen se registró en el barrio Las Colinas de Rafael Uribe Uribe, la noche de este martes. Aunque no es nada extraño para los habitantes de este barrio conocer hechos de muertes violentas, el vecindario está contra la espada y la pared, ya que hace un mes también hubo un asesinato a una cuadra del más reciente.

Esta vez la víctima fue un joven de 28 años que conocían en el barrio como Óscar. El modus operandi fue exactamente el mismo: criminales a pie subiendo por entre las empinadas calles del sector, conocido como Las Lomas o Tres Esquinas, y le dispararon sin arrepentimiento, al frente de su casa. En el barrio hay tensión, pues dicen que los asesinatos en ollas de los alrededores están “alborotados”.

Sorprendido a bala…

“¡No suban por allá!”, es la primera frase que se escucha de parte de los vecinos cuando algún “extraño” se aproxima a algunas zonas altas de Las Colinas, en especial en las escaleras que bordean el barrio y donde en el último mes se han registrado dos homicidios de jóvenes. Lo curioso es que en ambos casos, los sicarios llegaron a la entrada de la casa de sus víctimas.

El crimen tuvo lugar sobre las 7 de la noche. De acuerdo con testimonios de vecinos, “dicen que el pelado estaba sentado en un peldaño y ahí lo cogieron quieto. Parece que se lo llevaron al hospital, porque aquí no hubo levantamiento”, contó a Q’HUBO un vecino de la zona.

Sucedió en una cuadra sumamente estrecha, ubicada sobre la Carrera 12I con Calle 32F Sur, a donde solo se llega a pie y subiendo por una colina de escaleras, hasta allí llegó el sicario armado.

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“Se escucharon dos tiros. Todo el mundo se entró porque ya se sabía que eran disparos. Llegó la Policía y luego salieron a decir que era el chico que tiene familia panadera”, agregó un vecino.

El matón se escabulló fácilmente por los recovecos de las casas altas, a donde tuvo acceso a varias salidas que son puntos ciegos de las cámaras.

Apenas se escucharon las detonaciones, los patrulleros del CAI Lomas llegaron de inmediato y bajaron al joven de la colina donde estuvo sentado, para trasladarlo al Hospital San José, en donde nada pudo hacerse para salvarle la vida debido a los impactos que atravesaron su cabeza.

Las autoridades ya saben de la presencia de bandas en este convulsionado sector, por lo que intensificarán las medidas de vigilancia.

De este muchacho solo se pudo saber que “era un pelado cuya familia es dueña de una panadería de la vuelta de la esquina. Él trabajaba a veces allá, pero en su mayoría se le veía en el barrio por ahí dando vueltas. Uno acá no sabe con quién está hablando, hay mucha banda por esos lados de las escaleras”, sentenció un vecino algo inquieto con la infernal situación.

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