Las tradiciones e historia cuentan, según los relatos bíblicos, que tres Reyes Magos fueron guiados por una estrella desde el Oriente hasta un pesebre en Belén, con el fin de adorar al ‘Rey de los Judíos’, Jesús, que acababa de nacer.
Los Magos llevaban consigo obsequios para el niño: mirra, oro e incienso. Sin embargo, al pasar de los años la leyenda de un cuarto Rey Mago que no logró llegar a Belén a visitar al Niño Dios, tomó fuerza. No solo por la increíble historia sino por la enseñanza que deja para algunos creyentes de la religión católica.
Esta es la leyenda de Artabán…
Hace muchos años, en la tierra lejana de Persia, vivía un sabio y noble mago llamado Artabán. Al igual que los tres Reyes Magos conocidos por todos, Artabán era un experto en astrología y estaba siempre atento a las señales divinas en el cielo. Una noche, mientras observaba el cielo, Artabán vio una nueva y brillante estrella que anunciaba el nacimiento de un rey especial, el Mesías, que había llegado a cumplir las profecías.
Inspirado por la revelación, Artabán decidió unirse a los tres reyes magos y emprender un viaje hacia Belén para adorar al niño recién nacido.
Tal como hicieron Gaspar, Baltasar y Melchor con los presentes, Artabán preparó su obsequio tomando de un gran cofre todas las piedras preciosas que pudo para llevarle en una bolsa como regalo al Mesías y así comenzó su viaje.
Sin embargo, cuando iba caminando hacia Belén, se encontró con varias personas necesitadas y afligidas. La nobleza de su corazón no le permitía dejarlos tirados o seguir su camino sin intentar ayudarlos. Entonces, movido por su compasión, Artabán decidió usar sus regalos para ayudar a aquellos que lo necesitaban más que él.
- Le puede interesar: “Año bisiesto, Año siniestro”: ¿Coincidencia o tendencia catastrófica?
En su travesía, Artabán encontró a un leproso al que le dio la primera piedra preciosa, pues no tenía un techo para poder descansar. Con ese regalo el mago quiso ayudar a aliviar el sufrimiento del pobre hombre. Luego se topó con un anciano que estaba a punto de morir de frío y le ofreció un zafiro, para que comprara abrigos y comida caliente. Finalmente, conoció a una madre desesperada cuyo hijo estaba gravemente enfermo, así que le dio un rubí para aliviar las penas del niño.
Artabán no logró llegar
Para cuando Artabán llegó a Belén para conocer y honrar a Jesús, era demasiado tarde. José, María y el Niño partieron días antes del establo, a causa de la orden del rey Herodes de matar a todos los niños menores de dos años que vivían en Belén.
Pero el cuarto Rey Mago que nunca llegó a cumplir con su misión, no se rendía, y a lo largo de los años siguió en búsqueda del Mesías, pero constantemente se encontraba con personas que solicitaban su ayuda.
El encuentro esperado
Al final de su vida, ya anciano y desgastado por sus esfuerzos, Artabán llegó a Jerusalén. Allí descubrió que un hombre llamado Jesús, quien se proclamaba como el hijo de Dios, iba a ser crucificado. En ese momento Artabán estaba seguro de que se trataba del Mesías e intentó llegar a El Calvario, también conocido como el Gólgota. Pero, cómo le sucedió en años anteriores, el sabio mago volvió a encontrarse con una mujer que necesitaba de su ayuda. Después de apoyarla, Artabán siguió su camino; aún así, no llegó a tiempo para verlo.
En ese momento, tembló la tierra y los cielos crujieron. Allí, abatido, Artabán escuchó la voz de Jesús: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste”. Artabán, atónito, preguntó en voz alta: “¿Cuándo hice eso?”. Jesús le respondió: “Todo lo que hiciste por los demás lo hiciste por mí”.
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí
¿Qué tal le pareció este contenido?
¡Haga clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 1
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sea el primero en puntuar este contenido.