Lo último que hizo Rafael José Navas Cardozo antes de ser asesinado en una bomba de tanqueo fue pedir 2.000 pesos de gasolina para tanquear su bicitaxi. Así lo hacía cada noche para llenar su vehículo con el combustible y así seguir transportando gente de un lado a otro.
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Él se acercó a una gasolinera ubicada en una avenida principal del barrio Patio Bonito, en Kennedy, sin llegar a imaginar que en plena bomba, y ante la mirada distraída de los transeúntes nocturnos, un sicario lo condenaría a muerte la noche del domingo.
Y pareciera que este caso fuese un ‘deja vú’ de la semana pasada, en que fue asesinado otro colega venezolano cuando se encontraba haciéndole mantenimiento a su bicitaxi en un montallantas en el barrio Dindalito el pasado jueves (30 de septiembre). Una vez más un misterioso sicario se encargó de esperar el momento preciso para dispararle a su víctima, esta vez un hombre de unos 37 años, también de nacionalidad
venezolana.
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Muerte en la bomba
Antes de terminar el turno de la tarde en la bomba ‘Biomax’ localizada en toda la Avenida Ciudad de Cali o Avenida Carrera 86 con calle 33 Sur, una trabajadora se dispuso a atender al señor que había llegado sobre las 8:20 de la noche para tanquear su bicitaxi azul.
Después de las 8 llegó el muchacho y me dijo: ‘doña deme 2.000 de gasolina por favor’, y yo lo que hice fue alistarle la manguera para que el fuera y dispusiera el monto acordado. En ese momento yo me fui a atender a otro cliente: un carro grande se parqueó de frente a donde estaba el bicitaxista, y como el otro carro me cubría la vista lo único que alcancé a escuchar fue el disparo y después gente corriendo. Nunca vi al asesino”, atestiguó ayer a Q’HUBO la mujer.
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El gatillero había contenido su paciencia hasta que vio la oportunidad para cometer el homicidio. La bala atravesó la cabeza de Navas, pues el delincuente se lo propinó a quemarropa. El sicario se escabulló por entre la avenida y no pudo ser rastreado.
Las autoridades estaban cerca al lugar e hicieron presencia a los pocos minutos. De hecho, cuando arribaron a la bomba, el hombre seguía batallando por sobrevivir, y a pesar de que los testigos aseguran que ya estaba más del otro lado, fue trasladado en una patrulla hacia la Clínica de Occidente, lugar a donde llegó sin signos vitales, justo igual que la semana pasada, cuando fue asesinado otro trabajador del transporte de tres ruedas.
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Y es que sigue siendo todo un misterio lo que hay detrás de esta macabra sucesión de asesinatos. Con esta muerte, la zona ya lleva diez homicidios a bicitaxistas entre mayo y octubre.
Los refuerzos en los barrios Patio Bonito, El Amparo, María Paz y Dindalito están llegando cada semana a combatir estos hechos violentos. Sin embargo, llegar al fondo de esta red, que presuntamente tiene que ver con las líneas de microtráfico, será una ardua tarea para los uniformados si es que esta ola de muerte ha de detenerse pronto.
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